Andrew Howe, número dos del salto de longitud, se muestra cauto, tranquilo.
El italiano, quien puso en aprietos a Irving Saladino en el Mundial de Osaka, quiere crear altas expectativas en torno a sus posibilidades de medallas, pero tampoco descarta llevarse el oro olímpico.
En una entrevista publicada ayer en la web de la Federación Internacional de Asociaciones Atléticas (IAAF), Howe, de nacionalidad italiana, comentó que no sabía qué esperar de él mismo en los Juegos Olímpicos.
"Yo pienso que se ha hablado mucho acerca de mí. Me comparan con Carl Lewis y Mike Powell, pero yo no he obtenido ni la mitad de lo que ellos han logrado en sus carreras", manifestó el atleta.
Howe ha venido atravesando problemas físicos, y por eso no se atreve a dar un pronóstico de lo que hará mañana en la ronda eliminatoria. "No sé, realmente no sé qué esperar. Primero, tengo que saltar y entonces seré capaz de hablar", contó.
Por su parte, Renée Felton, madre de Howe, dijo que su hijo "es un gran competidor". "El siempre da lo mejor cuando él se encuentra luchando contra él mismo", señaló.
El subcampeón mundial italiano llegó a Beijing procedente de Kobe, Japón, donde se entrenó por 20 días.
"Estoy completamente recuperado (de la lesión), me siento sin dolor. Es importante sentirse bien al momento de entrar en la más grande competencia", expresó.
Howe dejó claro que no está para alardes. "Este año bajé mi rendimiento; soy consciente que esta será una competencia reñida y que ahora no es tiempo para alardear".
"Yo tengo que hacer grandes cosas para que después puedan compararme con los grandes", concluyó.