Cuando todos pensábamos que sería otro día caluroso en Beijing, resulta que al mediodía, todos corrían de un lado para el otro, debido al torrencial aguacero que cayó en la capital de las olimpiadas 2008.
No tocó otra que disfrutar de la lluvia en Beijing, eso sí, llegué empapado al Hotel.
Aprovechando esta nota, les quiero decir que ya bajamos 13 libras y no es broma, esto se debe a la comida, nada agradable para nuestro gusto, que está compuesta por gusanos y cucarachas.