La lluvia no fue impedimento para que la Corregiduría de Guadalupe suspendiera el desalojo de dos familias que residían en un mismo terreno, ubicado en el sector de El Nazareno.
Con paraguas, hojas de zinc y una lona, los integrantes de una de las familias afectada intentaron proteger de la lluvia sus pertenencias, aunque los colchones y la ropa quedaron prácticamente empapados.
La primera vivienda estaba habitada por Zuleika de Sedas y sus cuatro hijos y la otra casa estaba ocupada por familiares.
Con tristeza Zuleika dijo no tener adónde ir, por lo que probablemente pasó la noche a la intemperie.
En las puertas de ambas casas se colocaron candados.