Mireya Moscoso culmina hoy su gestión. Fue la primera mujer en llegar a la Presidencia de la República en Panamá. Al calor de las pasiones su gobierno no ha sido bien evaluado, pero habrá que darle tiempo al tiempo, para valorar su administración.
La mayoría de los presidentes cuando abandonan el poder lo hacen con una mínima popularidad, pero luego con el pasar de los años el pueblo compara y hace una evaluación más objetiva.
La gestión arnulfista tuvo que enfrentar una Asamblea Legislativa contraria y dejó crecer la percepción de corrupción sin tomar medidas para frenar esa situación, que fue creciendo y afectando la imagen del gobierno.
Esa percepción y la incapacidad en algunos casos para sortear los problemas del país contribuyeron a la más grande derrota política sufrida por el arnulfismo-panameñismo, en unos comicios presidenciales, lo que en mayo originó el retorno del PRD al poder.
A pesar de los cuestionamientos, la presidenta Moscoso tuvo la suerte de presidir hechos históricos para Panamá: la reversión del Canal Interoceánico, el Centenario de la República y una Cumbre de Mandatarios.
Moscoso, que venía con una popularidad en picada, mejoró su evaluación con los operativos "Mano Dura" contra la delincuencia.
El gobierno deja dos obras materiales concretas: el nuevo puente sobre el Canal de Panamá y las renovadas instalaciones del hospital Santo Tomás.
A partir de ahora, Mireya Moscoso estará sola. El coro de figuras que se le acercaban desaparecerán como por arte de magia. Ella volverá a la realidad y Martín Torrijos vivirá la fantasía del poder.