La tristeza se pinta en los rostros de familiares y amigos cuando un ser querido muere producto de una enfermedad, pero cuando la causa es una bala perdida, el dolor se duplica.
Ameth Hurtado, de 18 años, murió en el Hospital Santo Tomás cinco minutos después de ingresar a la sala de urgencias del nosocomio, con un balazo en el muslo derecho.
Familiares de Hurtado informaron que el joven se encontraba en la comunidad La Candelaria, en Tocumen, cuando ocurrió un tiroteo en el lugar quedando atrapado en medio de la lluvia de balas.
Inicialmente el joven fue trasladado hasta la Policlínica JJ Vallarino, de Juan Díaz, y luego transferido al Santo Tomás por lo grave de la lesión, donde murió.