EDITORIAL
Futuro
La actual Asamblea Legislativa escogió ayer a su último directiva, que regirá los destinos de ese órgano del Estado hasta el 31 de agosto próximo. El oficialismo logró una apretada victoria, logrando el respaldo de uno de los legisladores del colectivo Solidaridad.
La bancada oficialista tuvo que hacer grandes esfuerzos para lograr los 35 votos que le representaron el triunfo sobre la alianza PRD-Partido Popular, luego de la rebeldía de la dupla Ameglio.
La votación refleja que el gobierno tendrá una frágil mayoría en el pleno para pasar proyectos polémicos, como son las futuras reformas a la legislación de seguridad social. Así mismo, la nueva directiva de la Asamblea debe entender que ese órgano, ahora más que nunca, debe cumplir su labor fiscalizadora de la gestión pública, tomando en cuenta que entramos en un año electoral, donde las tentaciones de utilizar los recursos estatales para proselitismo político, estarán a la orden del día.
Este último período de la Asamblea, también debe ser aprovechado por el Ejecutivo para cumplir el rosario de promesas que se han quedado en el baúl del recuerdo y promover leyes que reactiven la raquítica economía de la nación.
Hay que reconocer las acciones del gobierno para concretar 421 granjas autosostenible, la entrega de más 21 mil títulos de propiedad, la construcción de casi 32 mil viviendas y la construcción de 351 aulas escolares. Sin embargo, esa es una obligación de éste y de todo gobierno. El pueblo exige más acción, que se ejecuten los proyectos, que la gestión oficial se acompañe de una verdadera transparencia y que se hagan los esfuerzos necesarios para atraer las inversiones que reduzcan el desempleo.
La tarea es difícil de cumplir en este último año, sobre todo, porque es tradicional que en un año electoral, pocos son los valientes que se atreven a invertir, tomando en consideración el lógico temor de que el gobierno cambie de bando político.
PUNTO CRITICO |
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