El ex mandatario Martín Torrijos negó ayer que tenga cuentas en República Dominicana y un apartamento en Nueva York tras iniciar una especie de cabildos a lo interno de su partido, con representantes de la sociedad civil y hasta con Monseñor José Domingo Ulloa, para exponerles su situación judicial a raíz de la apertura del caso CEMIS.
En medio del menú acostumbrado en los desayunos chinos que sirven en el restaurante Lung Fung, Torrijos se reunió con un grupo reducido de perredistas entre los que destacaron los ex diputados Jerry Wilson y Raúl Rodríguez.
Ambos ex parlamentarios no sólo tienen en común haber ocupado el cargo de presidente de la Asamblea, que en su momento ordenó el archivo del expediente, sino que fueron los cerebros de la reformas constitucionales de 2004, por lo que estarían asesorando a Torrijos y su equipo de abogados sobre las maniobras legales a ejecutar por el lado de la defensa.
Torrijos afirmó que algunos magistrados como Alejandro Moncada pretenden llevar a la Corte a ser "el órgano inquisidor político".
"Es muy difícil defenderse en un sistema que no permite hacer uso de todos los derechos. Son obvias las diferencias de posiciones de un magistrado en un caso y la de otro magistrado, en un caso como el mío", añadió.
Destacó que hay una clara intención política detrás de la justicia en el tratamiento de su caso.
"No hay Estado de derecho y es difícil pensar que una justicia politizada fortalezca la democracia", agregó.