En el sector conocido como Apache, en San Isidro, en el distrito de San Miguelito, no lo podían creer: una de sus vecinas más emblemáticas había perdido la vida.
Isadora era una adulta mayor de 84 años que tenía mucho tiempo de residir en el lugar, por lo que muchas generaciones de la vereda crecieron viéndola y tomándole cariño.
Ella nunca tuvo hijos. Residía en la vivienda 2109 junto a su esposo de casi la misma edad, y un primo de aproximadamente 74 años, quien era el encargado de cocinar.
Desde hace algunos meses, su compañero de mucho tiempo ya no estaba con ella por aparentes motivos de salud.
Para ella, el día de ayer, jueves, comenzó de forma rutinaria: se levantó muy temprano para acudir con una vecina a cobrar su cheque del programa 100 para los 70.
No se le notó nada extraño, sin embargo, ya al parecer había antecedentes de que doña Isadora atravesaba por problemas depresivos.
Al retornar al hogar todo transcurrió dentro de la normalidad. La vecina que la acompañaba se fue a su casa a dormir y ella a la suya.
El primo que vivía con Isidora se encontraba acostado en una hamaca en la parte frontal de la vivienda cuando la vio entrar, pero rato después cuando se puso en pie para comenzar a cocinar; decidió buscarla y al no hallarla fue a su cuarto y la encontró con una cortada en el cuello sentada en una silla.
�Qué sucedió? Es algo que las autoridades deberán determinar después de la respectiva necropsia. Lo cierto es que la muerte de doña Isadora conmovió a los que la conocieron y llama a reflexionar sobre el apoyo y el amor que se le debe brindar a los adultos mayores y todo aquel que pasa por problemas.
RECOMENDACIONES: DEPRESION
Cuando una persona muestra síntomas depresivos es urgente que reciba atención médica. El amor y el cariño es la mejor terapia.