La campaña electoral de los primeros comicios presidenciales plurales en Egipto, culmino ayer. A pocos días de que se realicen las elecciones, las decisiones de la comisión electoral que supervisa la realización de los comicios han generado controversia.
Esto se debe a que la comisión electoral declaró inadmisible una disposición que permite la observación electoral a los representantes de grupos independientes.
El presidente egipcio, Hosni Mubarak, cerró con un mitin masivo en pleno centro de El Cairo la campaña electoral para las primeras elecciones presidenciales de la historia de Egipto, dejando claro quién lleva las de ganar.
A sus 77 años, generosamente retocados en la propaganda electoral que inunda El Cairo y todo Egipto, Mubarak aspira a un quinto mandato, que le permitirán estirar sus 24 años de presidencia, a la que llegó tras el asesinato de Anuar el Sadat en 1981.
Las elecciones han despertado un inusitado interés en la prensa extranjera, ya que es la primera vez que Mubarak ha tenido que medirse con otros contendientes en su carrera a la presidencia, en concreto nueve candidatos que, a excepción de dos, son desconocidos.
El ganador gobernará a Egipto por un período de seis años.