Por dos horas consecutivas, un nutrido grupo de estudiantes, profesores y padres de familia del Colegio Secundario de Guabito (CSG) cerraron ayer la vía que conduce hacia el sector fronterizo con Costa Rica, a la altura de la comunidad de Guabito, en la provincia de Bocas del Toro, en demanda de la culminación de proyectos en beneficio del colegio.
Bienvenido Vega, fiscal de la Asociación de Padres de Familia, dijo que la medida obedece a que desde hace aproximadamente tres años se dio inicio a la construcción de 16 aulas y un comedor, y actualmente, la obra se encuentra paralizada desde hace casi un año sin que las autoridades correspondientes se hayan acercado a dar alguna explicación.
El pasado jueves, convocaron una asamblea con estudiantes, profesores y padres de familia y citaron al gobernador de la provincia, a la directora regional de educación, al Alcalde y para sorpresa de todos, el único que llegó fue el corregidor, aseguró Vega.
Por su parte, Alcibiades �lvarez, presidente de la Asociación de Estudiantes, dijo que dada las circunstancias, y después de tantos llamados a las autoridades decidieron cerrar las calles por dos horas y dependiendo de la atención que les pongan, la medida se podría prolongar y hasta trasladar a la ciudad de Changuinola.
SITUACION
El estudiante aseguró que son aproximadamente 750 estudiantes los que se están viendo perjudicados, pues están en hacinamiento, los profesores se han visto obligados a dar clases en salones prestados, y han tenido que trasladarse de un centro a otro durante el turno de clases. Por esto, le hacen un llamado a la nueva ministra de Educación, Lucy Molinar, para que atienda el caso y les ayude a terminar el edificio, ya que a pesar de que uno de los educadores conversó con la Viceministra, quien se comprometió a mediar en el problema, hasta ahora nada han logrado.
Cabe destacar que debido al clima húmedo de la provincia, los trabajos en algunas partes ya se están deteriorando como por ejemplo el repello de la parte baja de las paredes de los pasillos, puesto que no hay cinc que proteja de la lluvia y el sol.
Se observan, además, láminas de playwood podridas, acero oxidado, arena tirada, grandes charcos de agua que son criaderos de mosquitos y un gran herbazal que nada extraño sería que sirva de guarida a culebras e insectos peligrosos.