Qué cabellera más linda diría un hipócrita, pero su mirada estaría fija en otro punto. A esta mujer no hay que verle la cara, basta con observarla por la retaguardia, donde se forma una especie de triángulo bien proporcionado; ni muy muy ni tan tan. Ella es una modelo que en Milán exhibió los trajes de baño de Just Cavalli.