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Las fuerzas talibanes se preparan para la guerra alistando a sus tropas ante un posible ataque estadounidense.  |
Con una medida que deja virtualmente aislado a Afganistán, Arabia Saudí rompió este martes relaciones con el gobierno radical islámico del Talibán, con lo cual éste quedaba reducido a sus vínculos diplomáticos con Pakistán. El Talibán denunció la acción saudí y la calificó de intolerable para todos los musulmanes y acusó al gobierno de Riad de sumarse a las "fuerzas de los infieles".
Mientras tanto las visitas a Teherán de los ministros de Asuntos Exteriores de la "troika" europea y el Reino Unido buscan potenciar el nuevo entendimiento entre Irán y Occidente, propiciado por la aversión común al régimen talibán de Afganistán. No es una elección fácil para el régimen islámico chiíta iraní escoger entre su enemistad con el extremismo musulmán suní de los talibán y la ayuda al "gran Satán", como se denomina todavía hoy en Irán a Estados Unidos.
Por su parte un funcionario Talibán de Defensa declaró que su movimiento militante entablará represalias contra cualquiera que ataque a Afganistán o ayude a dicho ataque. "Cualquiera que ataque o ayude a un ataque es nuestro enemigo y llevaremos a cabo un ataque contra ellos", dijo el mullah Norr Ali, funcionario del ministerio de Defensa, a la emisora de televisión al-Jazeera, con base en Qtar.
Entretanto, se desarrollaban intensas hostilidades en el norte de Afganistán, donde una alianza militar de la oposición trata tomar un territorio estratégico de manos de los combatientes del Talibán. |
