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Ricardo Maduro, quien nació en Panamá, espera alcanzar la presidencia de Honduras el próximo 25 de noviembre. Foto AP  |
A dos meses de las elecciones generales que se celebrarán en Honduras, las ofensas personales y una batalla de encuestas resultan ser lo más visible en la campaña de los dos candidatos con opción a ganar la Presidencia de este país el 25 de noviembre próximo.
De los cinco candidatos que aspiran a suceder en la Presidencia al liberal Carlos Flores, solamente Ricardo Maduro mantiene una saturada campaña a través de los distintos medios de comunicación, en que es hondureño, que tiene su "ombligo aquí" (enterrado), mientras que Maduro, de 55, acusa a los liberales de la ola de violencia, inseguridad y pobreza que vive el país.
Muchos hondureños no conocen los programas de gobierno de los dos candidatos, que solamente figuran como favoritos en sus propias encuestas, las que a juicio de analistas locales no son confiables porque cada candidato se atribuye ventajas de hasta un 15 por ciento sobre su rival, según la empresa de sondeo que contraten.
En una encuesta que la semana pasada difundió Radio América, a cargo de una empresa hasta ahora desconocida, la diferencia de Ricardo Maduro sobre Rafael Pineda Ponce fue de apenas un punto, pero los liberales divulgaron ayer, que a nivel de partido, en la misma ganan por seis puntos. Pineda Ponce enfatiza que él nació en Honduras, en alusión directa a Maduro, quien aunque nació en Panamá, es hondureño por tan a dos partidos conservadores con un siglo de historia, que algunas veces han gobernado en contubernio con los militares.
Los candidatos de los otros tres partidos minoritarios que participan en la contienda electoral son la Democracia Cristiana, el Innovación y Unidad-Social Demócrata (PINU-SD) y el Unificación Democrática (UD, de izquierda). La Democracia Cristiana -que ha estado a punto de desaparecer- y el PINU-SD fueron fundados hace unos 30 años, mientras que el UD fue reconocido legalmente en 1997.
Los hondureños escogerán el 25 de noviembre a un presidente, tres designados (vicepresidentes), 298 alcaldías municipales, 128 diputados al Congreso Nacional y 20 al Parlamento Centroamericano. Desde 1980, cuando el país retornó al orden constitucional, se han celebrado cinco comicios generales, de los que cuatro (1981-1985-1993-1997) ganaron los liberales y uno los nacionalistas (1989). El ganador de las elecciones generales de noviembre asumirá el poder el 27 de enero de 2002.
Entre otros problemas, su gobierno recibirá un país con una deuda exterior que supera los 4.000 millones de dólares, una pobreza que afecta al 80 por ciento de sus 6,7 millones de habitantes y una agitada ola de violencia y delincuencia común.
Esos flagelos no eran nuevos cuando Honduras retornó a la democracia, hace 20 años, pero tampoco tan alarmantes como ahora. En 1982 la economía del país también estaba en mejores condiciones, la paridad de la moneda nacional, el lempira, era de dos por un dólar. En la actualidad el dólar se cotiza a 16 lempiras.
La situación de Honduras se volvió más calamitosa tras el paso del huracán Mitch, que dejó un saldo de 5.657 muertos y pérdidas materiales que superan los 4.000 millones de dólares. |