Un paracaidista austríaco, Félix Baumgarten, se lanzó hace poco del Puente de Las Américas. Parece que no fue por las declaraciones del ministro de Hacienda, sino por su propia vocación extremista, que lo ha llevado a ejecutar hazañas espectaculares en otras latitudes (Crítica Libre, 11-9-04).
Si fuesen ciertas las ominosas manifestaciones del ministro sobre el estado de la economía nacional, no nos quedaría más remedio que seguir los pasos de Baumgarten, pero sin paracaídas. Porque el retrato que nos han presentado es más desolador que la situación que encontramos en diciembre de 1989, cuando las fuerzas estadounidenses desalojaron a los "Sí se puede" de esa época, cuyo lema era entonces: "Ni un paso atrás".
El ministro los conoce bien, pues estuvo a su servicio durante muchos años. También conoce bastante de déficit fiscales. Entre 1973 y 1987, "época en que se desempeñó como miembro del Gabinete económico, el déficit alcanzó un promedio de 7% del Producto Interno Bruto (PIB)", informó Crítica Libre el 12 de septiembre. Por suerte existen antecedentes de peores manejos fiscales, a cargo del PRD, que nos ilustran sobre qué se debe y qué no se debe hacer para superar situaciones delicadas.
Algunos dudan, por ejemplo, de la conveniencia de suspender los efectos de la Ley de Responsabilidad Fiscal. Esa suspensión podría abrir las puertas a un mayor relajamiento en el manejo de las finanzas públicas. Ojalá los legisladores, especialmente los de oposición, sometan este asunto al cuidadoso estudio que merece.