Había una vez una ciudad muy alegre, de esas que casi no duermen festejando, alardeando de tener a los mejores equipos de béisbol del mundo, viviendo de la alegría de Broadway y soñando a cada momento con el renacer de una Serie Mundial que los eleve a lo más alto de la pelota de Grandes Ligas.
Es algo así como el mundo maravilloso, donde saltan a la mente los recuerdos de George Herman "Babe" Ruth y sus Series Mundiales ganadas, o aquellos imborrables momentos de Tom Seaver y unos "metropolitanos" devorando cada pedazo de grama del "Shea Stadium", en recuerdo de la historia de los atinadamente llamados "Maravillosos".
Pero parece que aquella ciudad que llaman la "Gran Manzana" ha caído en las malas manos de archirrivales enigmáticos, dirigentes inoperantes y frustrantes que no han podido carburar y por ende mantener la llama del triunfo.
�Adónde se fue la magia de Nueva York? �En dónde están sus mejores talentos y qué ha pasado en el 2008 que ninguno de sus equipos está en la postemporada de las Mayores?
Aquella ciudad llena de alegría amanece hoy con un dolor en lo más profundo de su corazón, donde no hay espacio a la felicidad, sino a la tristeza y quizás, el rencor a unos dirigentes que llevaros sus naves a puertos del desastre.
Causas y efectos
Los Yankees frenaron su seguidilla de actuaciones y ahora deberán reflexionar sobre algunas cosas que hicieron este año. Habían sido 13 temporadas de alegría, con altas y bajas, pero con presencia en la postemporada.
Los Yankees le hicieron un nuevo contrato a Alex Rodríguez, le pagaron más dinero y sus números descendieron como el petróleo en los últimos días. A-Rod fue poco oportuno, sus batazos caían en hora muerta.
Jorge Posada sufrió una lesión y será sometido a una operación. El boricua dejó un vacío imposible de llenar.
Los Yankees sacaron a Iván Rodríguez de los Tigres de Detroit, pero no fue productivo.
Los Yankees jugaron con el "Godzila" Hideki Matsui lesionado, evitando ir a la sala de operaciones.
Joe Girardi no fue el mánager que se esperaba.
Robinson Canó fue defensivamente mejor, pero su bate cayó varios metros de altura.
La lesión del astro Chien Ming Wang fue dolorosa y los Yankees nunca se repusieron a eso.
Johnny Damon bateó como nunca, pero fildeó como siempre. Su brazo no asusta a los corredores.
Y los Mets.
Allá las cosas fueron más dolorosas. Se quedaron fuera del baile el último día de la temporada. Fue como convertirse en calabaza cuando daban las 12 de la medianoche. Entre sus causas y efectos tenemos:
Gastaron una fortuna para llevarse al zurdo venezolano Johan Santana y cuando empezaba a calentar motores y mostrar su fortaleza, los Mets quedan fuera de temporada.
�Y Pedro Martínez? Mejor no hablemos de él, podríamos herir corazones.
Dejaron que David Wright jalara solo la carreta ofensiva; Beltrán, Reyes y compañía no fueron tan impresionantes como en otros años.
Les faltó armonía; cuentan las hadas mágicas que la comunicación con Willie Randolh no era de las mejores.
Y así, podemos ir sumando más elementos, pero cada uno de ellos se convierte en una puñalada a la "Gran Manzana", y para no llorar, mejor es no contar.
Y Colorín colorado, este cuento se ha acabado.