Un año después de conocerse lo del envenenamiento de panameños por ingerir medicamentos de la Caja de Seguro Social (CSS) fabricados con el tóxico dietilenglicol, sólo una persona: el gerente del Grupo Medicom, Angel De La Cruz permanece detenido. A estas alturas, todavía se desconoce el número exacto de víctimas, a pesar que el fiscal Especial, Dimas GuEva, Crítica en Líneara recibió 681 denuncias, de los cuales se informó en su oportunidad que habían fallecido 455 personas.
Sin embargo, oficialmente se reconocen 119 decesos. El Estado destinó $6.2 millones como indemnización a los afectados y sus familiares.
La peor tragedia sanitaria del país se originó con la compra de 46 barriles de glicerina por parte de la CSS a Medicom, que a su vez tuvo como suplidor a la empresa española Rasfer Internacional y ésta la compró a la intermediaria china Fortune Way Compamy, quien la adquirió al fabricante Taixin Gilicerine (fabricante). En vez de materia prima para preparar jarabes, nos mandaron el veneno dietilenglicol.
Los miembros del Comité Por Derecho a la Salud y a la Vida, que aglutina a los familiares de las personas fallecidas, denunciaron que hay 50 expedientes que no aparecen y unos 100 historiales clínicos que aun no han llegado al Ministerio Público, así como existen sobrevivientes que no son atenidos como se debe y no reciben los medicamentos adecuados.
Ayer, el ex director de la CSS, Juan Jované, solicitó la renuncia de la procuradora Ana Matilde Gómez, y de los fiscales y funcionarios, que se encuentran al frente de las investigaciones por la muerte de panameños victimas de los jarabes envenenados.
