Ocho plumas comunales dispersas en toda la barriada, el robo de electricidad a través de las llamadas "telarañas", además de la carencia de calles son los mayores problemas de los pobladores de la barriada 31 de Octubre, en la comunidad de Lídice, en Capira.
Luego de la muerte de una pareja en consecuencia de una descarga eléctrica, se recibieron muchas promesas, indicó Olga de Ortiz, moradora del lugar, aunque poca o ninguna se ha cumplido.
Ortiz explicó que la barriada no cuenta con calles, sino con veredas, algunas de cemento construidas por la comunidad y otras de tierra. Ambas calles se inundan durante la temporada de lluvias y es una de las razones por las cuales la comunidad se niega a pagar por los terrenos que ocupan.
Manuel Olmedo sostiene que en seis años que tiene viviendo en el lugar, nunca se han construido calles, por tanto, para la época escolar los padres sacan a los niños cargados sobre los hombros.
Por su parte, Mónica Guillén, delegada del Defensor del Pueblo para los Servicios Públicos Privatizados, indicó que la comunidad tiene derecho a recibir el servicio de electricidad, ya que los residentes están expuestos a los peligros de estar conectados de forma ilegal.