Las autoridades húngaras aún no pueden precisar hasta qué punto va a afectar al río Danubio la llegada de los lodos tóxicos vertidos el lunes tras la rotura de una presa en una fábrica de aluminio y que ha contaminado ya 40 kilómetros cuadrados de suelo y las aguas de varios cauces.
"Lamentablemente no es una situación clara", explicó en la zona del desastre Tibor Dobson, responsable de las tareas de limpieza.