El presidente de Ecuador, Rafael Correa, inauguró ayer la Cumbre de la Comunidad Andina (CAN) en la ciudad de Guayaquil, en la que se intenta salvar el proceso de negociación de un acuerdo con la Unión Europea (UE).
A la cita de emergencia, convocada por Correa, acudieron los presidentes de Perú, Alan García, y Bolivia, Evo Morales, así como una delegación de Colombia encabezada por el ministro de Comercio Exterior, Eduardo Muñoz, representante personal del presidente �lvaro Uribe.
Al inaugurar la cita, Correa reconoció que la integración andina no atraviesa por su mejor momento porque dos de sus miembros, Ecuador y Colombia, mantiene rotas sus relaciones diplomáticas.
También recordó que la UE ha decidido profundizar la negociación del pilar comercial del acuerdo de asociación con Colombia y Perú, dejando de lado a Ecuador y Bolivia.
Esos antecedentes, añadió el mandatario ecuatoriano, ponen a la CAN en un nuevo escenario en el que se requiere evaluar el estado de la integración y el futuro de las negociaciones con la UE.
Recordó que en la anterior Cumbre Andina, en la localidad boliviana de Tarija, los mandatarios del bloque admitieron que en la negociación del pilar comercial con la UE ciertos países podrían acogerse a un tipo de negociación más ágil.
Sin embargo, el hecho de que la UE haya ya decidido acelerar el proceso con Perú y Colombia crea otro escenario para la región andina, según Correa.
Por ello, dijo que en los actuales momentos la CAN debe preguntarse si "vale la pena" defender la negociación de "bloque a bloque" con la UE o por separado.
Para Correa, la Cumbre Andina de Guayaquil es "una oportunidad histórica" para resolver esa "encrucijada" que amenaza con fragmentar al grupo regional, compuesto por países que mantienen visiones distintas y realidades diversas.