Unos ex pandilleros oraban ayer en el caserón No.7-56 de San Felipe, cuando una pared se desplomó, hiriendo al trabajador Mariano Torres, de 25 años, y al peatón Jonatan Rivera, de 19.
El incidente ocurrió al mediodía, cuando se realizaban unos trabajos de restauración en la propiedad vecina.
El inmueble -en el que residen 17 familias- había sido condenado hace 16 años y en el 2005 se ordenó su desalojo.