Mario Ramiro Figueroa Sánchez, el taxista decapitado en Aguadulce, fue sepultado ayer, tras una misa en la iglesia del Carmen, en Pocrí. Una caravana de taxistas acompañó su féretro.
Figueroa nació el 21 de septiembre de 1960. Su madre, esposa, hijos y hermanos lloraban desconsolados.
Los restos de Figueroa fueron llevados al cementerio de Pocrí, en donde hubo gritos de dolor. El pobre hombre fue sepultado sin cabeza. Mario laboró como auxiliar de enfermería en el Hospital Nicolás Solano de La Chorrera y el subcentro de Salud de Las Margaritas de San Carlos. Luego adquirió un bus de la ruta El Valle-San Carlos y posteriormente se dedicó a manejar taxi.
Ania Aguilar dijo que confía que este homicidio no quede impune.