El Villarreal y el Atlético de Madrid firmaron un espectacular encuentro, en el que pasó casi de todo: remontadas épicas, buen fútbol, errores infantiles y sobre todo emoción a raudales hasta el final de un choque, que acabó con un empate a cuatro goles.
Del 0-2 con el que acabó la primera parte, se pasó en la segunda a un 4-2 en apenas veinte minutos y cuando el partido parecía sentenciado, el Atlético, en inferioridad numérica durante casi una hora por la "autoexpulsión" del argentino Ever Banega, logró igualar de manera sorpresiva en los instantes finales.
El técnico del Atlético, el mexicano Javier Aguirre, sorprendió por dejar en el banquillo a su estrella, el Kun Agero, pero su planteamiento obtuvo un premio inmediato, cuando en el primer minuto de juego el portugués Simao Sabrosa soltó un zapatazo desde la frontal del área que dobló las manoplas de Diego López y se introdujo en la portería tras golpear el larguero.
El tanto espoleó al Villarreal, que puso cerco a la meta de Leo Franco, pero el Atlético, muy bien posicionado sobre el terreno de juego, ejercía una fuerte presión en la medular, con una especial atención del portugués Maniche sobre el cerebro local Marcos Senna, a la espera de poder sorprender a la contra.
Y así lo hizo. Cuando parecía que el empate estaba al caer, una gran jugada personal de Simao por banda acabó en centro del portugués, que el defensa uruguayo Diego Godín despejó erróneamente y le dejó el balón muerto a su compatriota Diego Forlán para que fusilara el 0-2 ante su ex equipo.
A partir de ahí, al Villarreal le entraron los nervios, se obcecó en entrar por el centro de la defensa del Atlético, lo que facilitó la labor al equipo de Javier Aguirre, que tan solo pasó por apuros en las jugadas a balón parado, donde el Villarreal una y otra vez le sorprendía sacando rápidamente.
A diez minutos del descanso, se produjo la jugada que marcaría el desarrollo del segundo tiempo, tras una absurda entrada de Banega en campo del conjunto que dirige el chileno Manuel Pellegrini que le costó la segunda amonestación y la consecuente expulsión.
En el segundo acto, el Villarreal salió como un ciclón y en apenas doce minutos remontó el marcador ante un Atlético de Madrid roto, que era un juguete en las manos de los castellonenses.
4 GOLES
El submarino amarillo (el Villarreal) se transfiguró tras el descanso y en 20 minutos le endosó cuatro goles al rival por medio de Senna, Llorente, el argentino Gonzalo y el italiano Rossi.
