EDITORIAL
Halloween vs Fiestas Patrias
En los días del Campeonato
Mundial de Fútbol, en muchos vehículos, sobre todo el transporte
selectivo, se vio ondeando la bandera de los países representados
en ese torneo, en especial la de los contingentes de Brasil y Argentina.
Mañana, que se inicia el mes del Patria, casi escasean las banderas
panameñas que en una fecha tan importante y significativa debieran
adornar edificios públicos o privados --como se hacía antes--
así como en almacenes y en balcones de casas de todos los barrios
de la Capital. Esa es una forma de demostrar el orgullo patriótico,
pero lamentablemente no está ocurriendo así.
Desde hace algunos años se empieza desde finales de octubre a
promocionar la costumbre extranjera del Halloween y, en noviembre, la Navidad,
dándole muy poca importancia a las efemérides patrias que
son el 3, 4, 10 y 28 de noviembre. Ese deterioro comenzó desde la
época de los militares porque algunos suponían que adoptar
una posición patriótica entrañaba una identificación
con el falso nacionalismo de Manuel Antonio Noriega que se empeñó
en retar a los Estados Unidos y provocar la cruenta invasión del
20 de diciembre de 1989.
Los gobiernos posteriores a la invasión, tampoco se animaron a
exaltar tales efemérides ni los valores de la nacionalidad por temor
a inquietar a los norteamericanos, por lo que en la última década
se fue reduciendo la motivación por nuestras gestas independentistas.
Un prejuicio y complejo que no ha superado la actual generación.
Contrario a un despertar de una conciencia patriótica se escucha
en muchos medios la exaltación de aberrantes costumbres anglosajonas,
canciones en inglés y la promoción de la idiosincrasia y cultura
foránea, precisamente cuando nos hallamos frente a un nuevo milenio
con sus implicaciones de reivindicación soberana en la tierra prometida,
la decantada quinta frontera.
El Halloween es la negación de la fe religiosa, pero muchas familias
por omisión toleran el desenfreno que se produce porque ingenuamente
no quieren aceptar la perforación de las mentes de sus vástagos
con estos rituales de aquelarre con brujas, demonios y hechiceros.
Recomendamos a nuestra juventud retomar los valores de nuestra nacionalidad.
Que por todos los medios haya firmes expresiones de que este es un Panamá
orgulloso de su destino. Que esta es la Patria de Harmodio y Arnulfo Arias,
Belisario Porras y Roberto F. Chiari. Que debemos sentirnos orgullosos de
los hombres que forjaron esta nación panameña. Nada mejor
que comenzar desde mañana con el Día del Niño, porque
pensamos que la juventud es un terreno amoroso cuya simiente oportuna abonará
los frutos de una inmortal generación.
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