ABRACADABRA
"Del Congreso de LASA"
Carlos Guevara Mann
A finales de septiembre estuve
en el XXI Congreso de la Asociación de Estudios Latinoamericanos
(LASA) que se celebró en Chicago, Estados Unidos de América,
y aunque ya Betty Brannan Jaén publicó en La Prensa (11 de
octubre) algunas observaciones en torno a este importante evento académico,
quiero hoy exponer mis propias impresiones.
En esta ocasión la justicia social fue el tema de la conferencia,
que tuvo aproximadamente 500 paneles y cuatro mil asistentes.
Hubo dos sesiones dedicadas enteramente a nuestro país: la primera,
en que participó este columnista, sobre "Política y justicia
social en Panamá" y la segunda, titulada "Luchas de campesinas,
campesinos y pueblos indígenas por la justicia social en Panamá".
De la mesa sobre política me impresionó positivamente la
exposición de John Lindsay-Poland, de la organización "Fellowship
for Reconciliation", con sede en San Francisco, California, que ha
librado una batalla sin cuartel por la descontaminación de los sitios
de defensa que el ejército norteamericano ha mantenido en nuestro
suelo desde principios de siglo.
Su ensayo insistió en la urgencia de sanear los territorios ocupados
por los Estados Unidos, objetivo que tenemos que tener muy presente los
panameños en momentos en que se aproxima el retiro de las tropas
norteamericanas.
Mi presentación, sobre los amplísimos e injustificados
privilegios de que gozan los legisladores panameños, contribuyó
también a llamar la atención sobre este fenómeno, que
afecta significativamente las posibilidades para la consolidación
de la democracia en nuestro país.
Este tema, que luego abordé en artículos publicados en
El Panamá América (5, 6 y 11 de octubre) y La Prensa (11 de
octubre), ha sido también tratado recientemente por el legislador
suplente José Blandón Figueroa, en un escrito publicado el
sábado pasado (La Prensa, 24 de octubre), en el que sugiere reformas
constitucionales y legales concretas para corregir el rumbo equivocado (y
perjudicial para la democracia) que ha seguido la Asamblea panameña
desde 1990.
Muy bien coordinada estuvo la mesa sobre "Campesinas, campesinos
y pueblos indígenas", organizada por la antropóloga norteamericana
Gloria Rudolf.
Sus exponentes, panameños y norteamericanos, le imprimieron al
debate no sólo su profesionalismo, sino además una gran dosis
de sensibilidad, elemento muy necesario a la hora de discutir los problemas
que aquejan a una sociedad.
En su discurso, Gloria expuso sus profundas observaciones sobre los esfuerzos
de una comunidad rural coclesana, a lo largo de casi treinta años,
por alcanzar una mejor calidad de vida.
Marcela Camargo, exdirectora de Patrimonio Histórico, presentó
un interesantísimo ensayo sobre las luchas de los cholos de Coclé,
durante la dominación española y el período de unión
a Colombia, por asegurar su derecho a la supervivencia como pueblo, particularmente
en lo que respecta a acceso a la tierra.
Jim Howe, antropólogo del Massachussets Institute of Technology,
dio a conocer el resultado de sus investigaciones en torno a los esfuerzos
de la etnia kuna por garantizar su autonomía, desde la fundación
de la República hasta nuestros días.
Luz G. Joly, catedrática de la Universidad Autónoma de
Chiriquí, presentó su ensayo sobre la "Fundación
Barú como administradora de justicia social", en el que expuso
los logros de esta organización chiricana en la promoción
del desarrollo humano sostenible, a la luz de las enseñanzas de la
doctrina social de la Iglesia Católica y las declaraciones de la
Organización de Naciones Unidas.
Francisco Herrera, profesor de la Universidad de Panamá, cerró
con broche de oro la esta sesión con su informativo ensayo, "Los
indígenas, la sociedad civil, el ambientalismo y la justicia social
en Panamá, en que abordó los esfuerzos de muchos grupos por
preservar la calidad y sostenibilidad del medio ambiente panameño,
frente a las amenazas planteadas por la globalización descontrolada
y la indiferencia del gobierno.
Fue un gran placer coincidir en el congreso de LASA con compatriotas
panameños y amigos norteamericanos, genuinamente interesados en el
bienestar de nuestro pueblo.
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