Un número indeterminado de familias filipinas, viven entre un millón de muertos. Este fenómeno ocurre en el Cementerio de Navotas al Norte de Manila.
Según las autoridades, personas sin recursos que han sido expulsadas de sus viviendas se han trasladado a estas instalaciones en busca de un lugar seguro donde vivir.
En el campo santo se utilizan las partes altas de las criptas para improvisar un pequeño lugar construido ya sea con zinc, cartón, o madera para pasar los días y las noches.
Además se han ingeniado para instalar una pequeña cancha de baloncesto, la cual disfrutan al máximo los niños y jóvenes.
En el área también se promueve el comercio de flores, golosinas, y otros productos.
Pero a parte de compartir el área con los difuntos, estas personas están rodeadas de basura, aguas estancadas, algunas de las tumbas están abiertas lo que hace la convivencia peligrosamente insalubre.
Dentro de toda esta pobreza, quienes allí habitan, aprovechan que hoy es el Día de los Difuntos, para ofrecer sus servicios para pintar y arreglar las tumbas de aquellas personas que se mantienen al día con las mensualidades de las distintas criptas del lugar.
Se desconoce desde cuando estas personas se mantienen habitando en el lugar y que medidas van a tomar las autoridades filipinas para que estas personas tengan un lugar digno donde vivir, y dejen a los difuntos estar en paz en el lugar que escogieron para su última morada.