Gilberto Arias era economista y abogado. Era un hombre adinerado, pero entendía que el diario tenía que ser el vocero del pueblo, del panameño común.
En los tiempos del Gobierno de Ernesto De La Guardia, es cuando sale el primer número de Crítica. Desde un principio, el periódico cumplió el objetivo trazado: ser el diario del pueblo.
Desde sus inicios, el periódico se identificó con las clases populares, y se convirtió a Crítica en objeto de consumo masivo en pocos meses. Pasado el tiempo, el diario sigue siendo parte de la familia panameña y se mantiene en el primer lugar de circulación nacional.
Su primer director fue Tito Del Moral, luego vinieron Julio Ernesto "Cocoho" Briceño, José Agustín Cajar Escala, Luis Estribí y Ariel H. Castro cuando los militares se tomaron el diario en 1968.
Tras el golpe, el diario tuvo varios directores, entre ellos, Guillermo Rodolfo Valdés, Rubén Darío Murgas, Ecolástico Calvo Murillo, José López Palma, Erich Rodríguez Auerbach y "Chicho" Donato.
Tras la invasión y el retorno de la democracia, la Familia Arias recupera la editora y el 5 de enero de 1990, se publica la Crítica Libre bajo la dirección de Antonio Díaz, quien permaneció 9 años al frente al diario y se retira por problemas de salud.
Luego a inicio de 1999 asume la dirección Juan Pritsiolas, cargo que ocupa hasta ahora.
El secreto del éxito de Crítica es presentar la noticia veraz, pero con el estilo que le encanta al panameño.
Hay variedad de temas; de todo como en botica. Hay sensacionalismo, crónica roja, política y hasta el religioso tiene material de lectura.
A lo largo de los años se han registrado cambios de diseño. Crítica es unas pulgadas más pequeño que el original y se le han introducido algunos cambios de diseño, la llegada del color a mediados de los años 90 ha sido quizás uno de los más trascendentales.
El mercado de diarios tiene hoy día una variedad de ofertas; la competencia es más fuerte que nunca con periódicos a menor precio, pero los lectores se identifican con una marca: "Crítica".
Cada mañana se libra una batalla y el panameño es el que escoge lo que quiere leer. Crítica se identifica con ese panameño de a pie y nos produce orgullo observar al obrero, a la ama de casa y hasta el más encopetado leyendo el diario.