Primero, contribuyó a partir en dos el olimpismo nacional; ahora, y con un descaro inaudito, el 'Excelentísimo Señor Presidente', Miguel Sanchiz, se reelige al frente de la Federación Panameña de Baloncesto (FEPABA).
Sanchiz actuó con premeditación: para evitar la presencia de muchos medios de comunicación, se llevó la elección a Chitré (cuando un niño sabe que va a hacer algo malo, trata de ocultarse), ignoró la recomendación de posponer el acto electoral que le hizo Pandeportes y, para asegurarse el aval internacional, se trajo a un amiguito de la FIBA, un tal Alberto García, que bendijo la inmoralidad.
Eso sí, esta nueva bufonada del jefe de la FEPABA contó también con el beneplácito de Fernando Samaniego, el flamante vicepresidente del COP, cuyo récord policivo deja mucho que desear.
Así, Sanchiz -especialista en habilitar a los difuntos para votar (recordemos las elecciones del COP del 2008)- reafirmó su desprecio hacia Pandeportes -que no avaló el sufragio- y las leyes nacionales. En fin, el Estado sólo es bueno cuando da dinero.
Para acabar con parte de este problema habría que cambiar y modernizar la actual legislación deportiva, pero, mientras tanto, Pandeportes debe asumir una posición recia ante este mal precedente que ha sentado Sanchiz, porque esto ya se está saliendo de control y los dirigentes están haciendo lo que les da la gana. Al ritmo que vamos, no nos sorprendamos que mañana despertemos con dos repúblicas de Panamá: la gobernada por Martinelli y la otra, por Sanchiz �Que Dios nos libre!