La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, denunció ayer que su Gobierno es objeto de "operaciones basura" luego de que la justicia de EE.UU. señaló que los 800.000 dólares decomisados a un venezolano en Buenos Aires eran para la campaña de un candidato a las elecciones en este país.
"Esta presidenta puede ser mujer, pero no se va a dejar presionar", exclamó la mandataria, quien al hablar durante un acto oficial dijo que seguirá "afirmando" la "relación de amistad con todos los países latinoamericanos, también con la República Bolivariana de Venezuela".