Un número marcado de indigentes de otros sitios del país que han llegado al distrito de Chitré durante estos días de diciembre, mantienen preocupados a los moradores del lugar que aseguran que se debe buscar un mecanismo para impedir que esta situación se dé, afectando la imagen de esta ciudad, ya que prácticamente ninguno reside aquí o en lugares aledaños.
Indigentes que duermen en los parques, en la orilla de la Iglesia Catedral o por las aceras de la ciudad, son escenas que alarman a la población de Chitré que no está acostumbrada a esta proliferación de personas con grandes necesidades y según los moradores de este lugar, cada provincia debe hacerse responsable de sus propios problemas sociales y no se puede permitir heredar esta situación de otros sitios.
Con la llegada de diciembre, la proximidad de la Navidad y el marcado movimiento comercial que se da en Chitré, indigentes de Tolé en la provincia de Chiriquí, Veraguas y Penonomé entre otros lugares, llegan a esta ciudad a pedir dinero por las esquinas y cuando entra la noche, duermen por cualquier sitio, muchas veces con niños incluidos.
Sobre el tema, Lisa Restrepo, miembro de la Pastoral Social de Chitré, dijo que ante estas situaciones de pobreza, cada región debe autogestionar sus propios mecanismos de ayuda como se hace en Chitré, donde existen grupos organizados para el apoyo solidario de personas con precarias dificultades económicas, porque es muy fácil aceptar que emigren y que trasladen el problema a un sitio de donde no son nativos.
Explicó que ellos auxilian con un apoyo de alimentos y ropa a personas propias del lugar que viven en situaciones de pobreza crítica, porque no consiguen trabajo o porque son muy ancianos y no pueden ganarse la vida, reiterando que cada provincia debe generar su propio centro de atención para evitar indigentes por todos sitios y agregó que es alarmante la cantidad de personas que están llegando a Chitré durante estos días a pedir dinero o comida.
De acuerdo a la señora Bárbara Trejos, diariamente tiene contacto con estas personas, incluso en los centros de salud y hospitales, muchas veces golpeados por la pobreza.