Muchos se preguntan qué hay detrás de una hermosa pieza de oro, dónde inicia su confección y qué dedicación conlleva el transformar el preciado material en un fino acabado.
Es una parte curiosa en la vida del orfebre, que convierte el rígido material en una parte maleable, aprovecha la oportunidad para darle la belleza y su valor como piedra preciosa.
Roger A. Samudio, quien practica esta actividad desde los 8 años, explicó que el oro se somete a altas temperaturas que oscilan entre los 1,500 grados a 2,000 grados centígrados, con un equipo de acetileno con gas.
Para confeccionar una prenda de oro, implica un proceso bastante largo donde se somete la materia prima (oro) a una fundición y luego se inicia con un acabado para que llegue a la mano del cliente.
Se trabaja tanto de forma manual como por los procesos de casting o moldes. En la primera se inicia por partes hasta armar una pieza, donde una prenda acabada puede tardar hasta tres días confeccionarla.
En su experiencia en la confección de anillos de graduación, Samudio sostuvo que desarrollan la técnica manual de elaborar la prenda que el cliente solicita, en los collares se trabaja de otra forma.
Al trabajar la joyería fina, se especializó en engastados de pedrerías finas y casting, al diseñar prendas de lujo de cualquier tipo. Afirmó que cada día trata de hacer mejor el arte de la joyería donde su hijo Roger Antonio cada vez que comienza a darle un acabado a una prend,a lo observa con detenimiento.
La orfebrería se convierte en parte de la vida diaria de los fabricantes de piedras preciosas que en un pequeño lugar de trabajo logran sacar para la eternidad prendas muy lucidas con los más finos acabados, pero va a depender de la dedicación que requiera la pieza que se desea confeccionar. Samudio con 37 años, en su taller de Joyería Tifany ha fabricado cadenas de oro, montaje de piedras finas y piezas que han sido enviados al extranjero por la calidad del oro.