Cuántas veces hemos leído o escuchado que el Paraíso es como un exuberante jardín tropical donde el hombre y los animales conviven en perfecta armonía.
Este escenario idílico existió alguna vez en una región del distrito de Parita, provincia de Herrera conocido como París, donde existía una gran diversidad de flora y fauna panameña. Tristemente hoy la realidad es otra.
HABITAT DESTRUIDO
Los bosques y montes han sido destruidos y utilizados para la agricultura y el ganado. Y junto con la tierra, centenares de monos nativos han sido víctimas de la inconsciencia, la ignorancia y la avaricia del ser humano, por lo que ahora muchas especies de animales y plantas se encuentran en peligro de extinción. Por la destrucción de su hábitat el �mono aullador� de París, se encuentra muy cerca de la población, y le ha perdido el temor a los humanos, que ya casi cohabita con ellos, pero en estado salvaje.
MAGICA SENSACION
Hace tres días viajaba yo hacia el corregimiento de Portobelillo; y a unos cinco minutos en carro desde la entrada a París, no lo podía creer, en la misma carretera y sobre mi cabeza había un grupo de �monos aulladores�. Eran 40 adultos, sin contar los monos bebés que colgaban del abdomen de sus madres. Unos dormían plácidamente; otros jugaban y se acicalaban; varios comían una fruta de una enredadera que arropaba al árbol de guachapalí que dejaba caer su frondosa sombra sobre el asfalto.
�QUE HACE LA ANAM?
No hay duda de que estos son los últimos �monos aulladores� que quedan en esta región. Quizás, y ojalá no ocurra, en 10 años ya nadie los pueda ver.