La Policía del sureño estado mexicano de Guerrero encontró nueve cuerpos decapitados, al parecer, de militares que fueron interceptados durante su día de descanso, informaron hoy fuentes del Servicio Médico Forense (Semefo).
Personal de seguridad del Semefo informó que las víctimas presentan un corte de cabello de tipo militar.
Las fuentes revelaron que las cabezas fueron encontradas con un mensaje en un centro comercial de la ciudad de Chilpancingo, capital del estado de Guerrero.
Por su parte, los cuerpos fueron encontrados esta madrugada en una autopista a la salida de esta ciudad.
Al parecer, los militares fueron interceptados al azar ayer sábado por un grupo armado cuando salían de descanso de las instalaciones del 41 batallón de infantería de la 35 zona militar con sede en Chilpancingo.
Fuentes de la Procuraduría del Estado confirmaron que el mensaje dejado en el centro comercial, decía, en su parte medular: "Por cada uno que me maten yo les voy a matar a diez".
El hecho ocurre a pocas horas de que comience la fiesta religiosa más importante de esta ciudad a la que asisten diversas autoridades.
La guerra entre grupos mafiosos se ha cobrado en el país más de 5.300 vidas en lo que va de este año, una cifra que dobla el número de muertos atribuidos al crimen organizado en 2007.
Por otra parte, la Iglesia católica mexicana propone a las autoridades reclutar a desertores del narcotráfico para que cooperen en trabajos de espionaje a las bandas criminales, afirmó el presidente de la Conferencia del Episcopado (CEM), Carlos Aguiar.
En una entrevista publicada hoy en el diario Reforma, Aguiar argumentó que hay narcotraficantes arrepentidos que pueden ser atraídos para combatir a los cárteles.
"La legislación tendría que prever la forma para ofrecer una alternativa a quienes ya se involucraron y hacerlos una especie de contraespionaje, como se hace en otros países con muy buenos resultados, para poder tener una inteligencia precisa y llevar un combate mucho más rápido y efectivo en esta guerra", dijo el obispo de Texcoco, municipio del estado de México.
El prelado contó que cree que existen muchas posibilidades de atraer a arrepentidos.
Afirmó que, por este motivo, la Iglesia católica está en contra de la pena de muerte y de que se combata con violencia a quienes han delinquido, pues pueden "reconvertirse y hay que propiciar que se den esas posibilidades".