Ya entrada de lleno la crisis financiera global, el Fondo Monetario Internacional ha revisado y reducido sus proyecciones sobre el crecimiento de la economía mundial, y ha enunciado lo que en todos los países se está previendo: que el 2009 va a ser un año "muy difícil".
Ya los gobiernos en todo el mundo se están apretándose los cinturones hasta donde pueden, tomando en cuenta que ha iniciado un período de vacas flacas que podría extenderse años.
Hasta el momento, Panamá no ha sentido en gran medida los embates de la contracción mundial, y el único efecto directo para los consumidores ha sido positivo (la baja en el combustible). Pero no podemos pensar que la crisis no nos pasará la factura.
De hecho, ya lo está haciendo, y pronto se sentirá de lleno el golpe en sectores como el de la construcción, que ha comenzado a desacelerarse, mientras los precios de los materiales no paran de subir.
También la reducción en la actividad económica mundial se reflejará en el paso de buques de contenedores por el Canal de Panamá.
Tanto este gobierno saliente como el que gane las elecciones de 2009 debe tener en cuenta que la época de bonanza ha llegado a su fin. La administración actual disfrutó durante 5 años montado en una ola de crecimiento económico, que al final solo benefició a unos pocos. Si bien las cifras empleo mejoraron considerablemente, todo quedó neutralizado (si no superado) por los índices sin precedentes de inflación, y el aumento brutal de la canasta básica de alimentos.
Tanto gobierno como sector privado y sector obrero deben prepararse, porque luego del 2 de mayo de 2009 es que podría llegar nuestro turno de sufrir la crisis mundial, que no ha dejado de avanzar.