EDITORIAL
Nochebuena
Jesús de Nazaret, a pesar de la manipulación comercial propia de estas fechas, es hoy el centro de los acontecimientos.
No es Santa Claus ni los renos ni el trineo: es por Jesús, el Hijo de Dios, que esta noche reina la alegría en muchos hogares de Panamá.
En los hogares panameños, aunque afectados por la crisis económica, se desbordará la alegría, la amistad, el amor y también el recuerdo del ser querido que hoy no está presente.
Pobres y ricos, todos harán una pausa a la medianoche para meditar sobre el nacimiento del Niño Dios y su aporte al mundo que vino a salvar.
Es irónico que en las cercanías del cumpleaños de Jesús se estén suscitando en Panamá hechos de cruel violencia como el asesinato en la provincia de Colón, de un conductor de autobús y su asistente.
�Cómo puede haber gente tan insensible que le arrebate la vida a dos personas, para robarle unos cuantos dólares?. Estos asesinos, quizás nunca entendieron que Jesús vino al mundo para pregonar el amor al prójimo y la justicia.
Esta Navidad, que nos trajo el amargo regalo de una reforma tributaria que nos obligará a pagar nuevos impuestos, dista mucho de las de antaño.
El Niño Jesús ha sido reemplazado en las vitrinas de los comercios por el regordete Santa Claus, alterando de esa forma el verdadero significado de la Navidad.
Igual se observa en los hogares, donde existe un derroche de luces multicolores y arbolitos, pero está ausente el nacimiento de Jesús, lo que hace perder la veneración al Hijo de Dios.
Tampoco podemos olvidar a los políticos, que ni siquiera se acuerdan de los pobres que le dispensaron el voto y no son ni siquiera capaces de llevarle un regalito para arrancarle sonrisas a un niño de su circuito.
Sin embargo, a pesar de todo, la fecha nos llena de esperanza para creer en que vendrán días mejores, para que la felicidad que hoy nos invade, se convierta en más duradera. �Que Dios nos escuche!.
PUNTO CRITICO |
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