Y si bien es cierto que en la mayoría de las ocasiones los reclamos están justificados, también es una realidad que muchos de nosotros no cooperamos en nada; repetimos: EN NADA, por mantener nuestras propias comunidades libres de desperdicios.
Tal realidad se hace evidente cuando vemos buses, taxis y transportes particulares transitando por cualquier vía, y comienzan a salir disparados cigarrillos, latas de soda y cerveza, cartones de bebidas, cartuchos y toda clase de desechos sólidos. �Qué nos cuesta quedarnos con todo eso en el auto, y luego cuando nos bajamos tirarlo en el primer basurero que encontremos?
Es realmente desagradable de ver, sobre todo cuando esas mismas personas hablan mal de los municipios y las empresas recolectoras, reclamando porque no hacen su trabajo. Pero para que se vayan enterando, la limpieza y el ornato de las comunidades no es responsabilidad exclusiva de las alcaldías, sino también de todos los miembros de esos mismos barrios.
Sí, es cierto que existen zonas de la ciudad donde hay tanques contenedores de basura totalmente copados, y a los que los camiones recolectores no llegan durante semanas. Pero, �qué hay de esos otros en los que hay más basura afuera que dentro, y no están llenos? Esos tanques están ahí para que lancemos las bolsas de basura, no de adorno.
La próxima vez, en lugar de preguntar qué puede el gobierno hacer por nosotros en materia de aseo, preguntemos que más podemos hacer nosotros para mantener nuestras comunidades aseadas.