domingo 7 de mayo de 2006

 

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CULTURA: ESCRITO POR EL ESTADOUNIDENSE ANTON RAJER
El Código Da Vinci panameño
Detalles hasta ahora olvidados o desconocidos sobre el máximo pintor panameño y su obra maestra son revelados en "París en Panamá", un libro que explica las circunstancias alrededor de la construcción del Teatro Nacional y del pintor Roberto Lewis.

Eliécer Navarro | Crítica en Línea

Pocos saben que el mayor exponente de la pintura panameña, Roberto Lewis, cobró 20 mil balboas en 1908 por sus pinturas en el Teatro Nacional; que con ese dinero se compró una lujosa casa en Francia; que en 1900 participó en la Exposición Universal de París bajo la bandera de Nicaragua porque Panamá aún no existía como nación; o que gran parte de las obras de Lewis se encuentran en colecciones privadas alrededor de Europa, algunas de ellas en poder de sus descendientes franceses.

Tampoco se sabe sobre sus cuatro obras perdidas: Un retrato de 1904 del General Esteban Huertas a caballo; "El hombre que ríe", un retrato pintado en 1904; y dos retratos de mujeres de la época pintados en 1900 y en 1904, que bien podría tratarse de la misma persona. Aunque existen registros fotográficos de estos trabajos, nadie sabe si aún existen, o quién podría poseerlos.

Aún existen más revelaciones sobre Lewis, todas descubiertas por el estadounidense Anton Rajer, historiador y restaurador de arte educado en Harvard, quien las expondrá en el Museo de Arte Contemporáneo durante el lanzamiento de su libro "París en Panamá", la más completa referencia bibliográfica sobre la vida del artista y su obra cumbre.

MAESTRO OLVIDADO
Cuando en 1992 Rajer fue llamado para devolver su antigua gloria y brillo a las deterioradas piezas pictóricas del edificio de la Administración del Canal de Panamá, se dio una vuelta por el Teatro Nacional. No estaba preparado para lo que iba a ver.

Más de cerca a las pinturas que adornan el Plafón del Teatro, se dio cuenta de que estaba frente a la obra de un verdadero maestro, hasta ahora desconocido para él. "�Quien pintó esto tan hermoso?", preguntó Rajer. Le contestaron: "Roberto Lewis".

"Me gustaría comprar un libro sobre la vida y obra del señor Lewis", preguntó admirado el restaurador. Esta vez la respuesta fue "no hay".

Rajer descubrió que no sólo falta referencia bibliográfica dedicada a Lewis, sino que -fuera de algunos historiadores locales- el máximo exponente panameño de la pintura de estilo académico estaba olvidado casi por completo. Pero eso está por cambiar.

Luego de más de una década de investigación que lo llevaron por Europa y Estados Unidos, este historiador del arte de barbas blancas y lentes redondos, presentará mañana lo que él llama el documento definitivo sobre la vida artística de Lewis y la construcción del Teatro Nacional.

Aunque por las revelaciones que hace el libro, Rajer lo compara con "El Código Da Vinci", asegura que la identidad artística de Lewis lo llevan a otra analogía. "Roberto Lewis es el Miguel �ngel de los panameños", dijo Rajer a Crítica.

LA CREACION DE UNA OBRA MAESTRA
En los once capítulos del libro, la vida de Roberto Lewis entre 1897 y 1908 se explica detalle a detalle. El proceso de contratación, creación y presentación de las pinturas del Teatro Nacional también está explicado. Mientras fungía como Cónsul de Panamá en Francia, Lewis pintó la totalidad de las piezas, que fueron llevadas en un barco de vapor hasta Panamá el 30 de diciembre de 1907 y colocadas en las paredes y el techo.

El Teatro Nacional fue inaugurado el 1ro de Octubre de 1908, justo a tiempo para la toma de posesión de José Domingo de Obaldía, el segundo Presidente constitucional de la República.

También se incluye imágenes de documentos de la época, como el contrato firmado por Lewis, recortes de periódicos sobre la llegada de las pinturas, e invitaciones para cocteles y fiestas. Puede verse la paleta que usaba Lewis para mezclar sus pinturas, y fotografías de la toma de posesión.

Incluye una descripción de las pinturas del teatro, y cómo luego los trabajos de restauración de 1941, 1973 y 2003 han logrado preservarlas hasta hoy.

JUSTICIA PARA LEWIS
Luego que parte de la pintura del plafón se desprendiera, Rajer y otros expertos restauraron las pinturas de Lewis en 2003. Pero a punto de cumplirse 100 años de la inauguración del Teatro Nacional, las goteras y la falta de mantenimiento amenazan con destruir las definitivamente.

El libro de Anton Rajer tiene un doble propósito: volver a poner a Lewis en el sitial que le corresponde en la historia panameña e inspirar a las autoridades a tapar las filtraciones, restaurar definitivamente el teatro y proteger sus invaluables piezas de arte.

Rajer también busca refrescarle la memoria a la comunidad artística de Europa y particularmente Francia, país que formó a Lewis en los inicios de la "Belle Epoque". El museo de Louvre en París ya ha solicitado cinco ejemplares de "París en Panamá" para ser vendidos en sus estantes. Sería el primer libro sobre un pintor panameño que se venda en el museo de arte más importante del mundo.

"Soy americano, pero me siento panameño también, y quiero que los panameños aprecien su historia", destaca Rajer. "Quiero que los panameños lean el libro y se sientan orgullosos. Porque es que deberían estarlo".

 

 

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