Existen testigos en la acusación de narcotráfico contra Fidel Castro


París
AFP

"Habrá testigos si el juez lo pide", declaró a la AFP este lunes en París Ileana de la Guardia, a través de la cual la voz de ultratumba de su padre, el fusilado coronel cubano Antonio De la Guardia, se hizo presente en una querella ante la justicia francesa contra Fidel Castro por "tráfico internacional de droga".

"El narcotráfico continúa y se darán a conocer en el proceso los elementos necesarios sobre el pasado y el presente así como los nombres de los testigos", afirmó Ileana de la Guardia, refiriéndose a la demanda que presentó el jueves en París.

Desde que España y otros países europeos innovan en materia de territorialidad penal admitiendo querellas de las víctimas de la dictadura del ex general chileno Augusto Pinochet, las víctimas de la dictadura cubana comenzaron a querellarse contra Fidel Castro en España y ahora en Francia.

Y es así como han vuelto al escenario internacional los fantasmas del general Arnaldo Ochoa y del coronel Antonio De la Guardia, hombres de confianza de Castro, fusilados el 13 de julio de 1989 bajo acusación de "tráfico de drogas".

El proceso a Ochoa, De la Guardia y otros -calificado en París de "mascarada judicial" en el diario izquierdista Liberation y de "proceso de Moscú" en Le Monde- abrió paso a una vasta purga en el gobierno, el partido y las fuerzas armadas de Cuba después de que Washington descubiera una red de tráfico de droga entre Colombia, la Isla y Estados Unidos en el que se implicaba al propio Fidel Castro.

El 30 de junio de 1989 comenzó en La Habana el juicio contra 14 acusados, el 7 de julio los condenaron, el 9 de julio confirmó Fidel Castro las sentencias que se aplicaron el 13.

"En una semana condenaron a cuatro personas a muerte y a 10 hasta 30 años de prisión", recuerda Ileana de la Guardia.

En el juicio, al que ella asistió, cada acusado debía levantarse para declararse culpable: "mi padre y Ochoa -dice Ileana- también lo hicieron, cada cual debía declararse absolutamente culpable, declarar que no había otro responsable.".

"Hubo un solo acusado, Ruiz Po, que se puso muy nervioso y empezó a decir que eso que habían hecho estaba autorizado por las más altas instancias, pero -continúa la hija del coronel De la Guardia- el fiscal y los jueces replicaron:"¡Ah usted está muy nervioso, necesita tomarse una pastilla", y se lo llevaron para atrás de la sala del tribunal y se suspendió el juicio".

"En todo el proceso se les acusó, pero del dinero nadie habló", se queja Ileana De la Guardia, agregando: "El dinero lo tomó todo Fidel Castro con su ayudante Pepín Naranjo, que recibía las bolsas y las llevaba directamente al Palacio de la Revolución donde estaba Castro".

Cuando se anuncian las sentencia, la esposa de De la Guardia insulta al fiscal, otra mujer se desmaya. "Por mi parte -recuerda Ileana- le grité a mi padre que no se preocupara, que hablaríamos con el gobierno. Teníamos esperanzas de ver a amigos de Fidel Castro".

"Al único al que hablamos -añade- fue a García Márquez. Él nos dijo: "No se preocupen, voy a tratar de convencer a Fidel, a decirle que esto no va a gustarle ni a los amigos ni a los enemigos". Pero lo peor es que se va a Europa y en Europa dice que todo esto es sólo un problema entre militares".

"Todavía no los habían fusilado -continúa- y me fui con mis hermanos, que estaban chiquitos, a ponernos frente al palacio de la Revolución, donde llegaban los automóviles oficiales, para ver si podíamos hacer algo, pero no pudimos hacer nada. También escribimos a Castro, mi abuela le escribió también, y también al Nuncio Apostólico..."

El tráfico de drogas había efectivamente existido, indica el escrito presentado el jueves en París al juez por el abogado Serge Lewisch, un tráfico que había sido establecido "por el régimen cubano sobre todo para hacer frente al embargo norteamericano y para financiar la expedición cubana a Angola".

Como Estados Unidos -agrega el documento jurídico- "descubrió pruebas de la implicación del régimen castrista", Fidel Castro decidió "sacrificar a los opositores a su línea política dentro de su partido atribuyéndoles la responsabilidad de ese tráfico de droga".

El "juicio" al coronel de la Guardia y otras personalidades tenía la ventaja de desviar la atención de la opinión pública mundial "sobre las responsabilidades directas del propio Fidel Castro en este tráfico", indica el documento.

Los hechos señalados "constituyen, en cuanto a Castro, actividades de tráfico internacional de estupefacientes, secuestro, torturas y asesinato bajo la apariencia de un "juicio" (al coronel de la Guardia y otros) totalmente ilegal".

 

 

 

 

 









 

"El narcotráfico continúa y se darán a conocer en el proceso los elementos necesarios sobre el pasado y el presente así como los nombres de los testigos", afirmó Ileana de la Guardia, refiriéndose a la demanda que presentó el jueves en París.

 

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