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EDITORIAL
Seguridad a turistas
El final de este largo fin de semana un par de turistas fueron asaltados en la ciudad capital. Uno de ellos, proveniente de Europa, fue salvajemente golpeado por el maleante que le atacó, y le hizo una peligrosa herida en el rostro, cerca del ojo.
Este hecho, en apariencia fútil pues a diario sucede este tipo de cosas en el país, supera la escueta nota policial. Se trata de un turista que acababa de llegar para conocer nuestra patria, y se esperan a muchos más como él este año, época especial por lo del centenario de la República, y por la realización, aquí, del concurso Miss Universo; máxime cuando también se tiene planeado hacer del turismo una maquinaria gigantesca y poderosa, de aquí en adelante. Como vamos, todo indica que no llegaremos a ninguna parte, pues no hay planificación ni visión de conjunto.
Lastimosamente, nuestros cuerpos policiales ni el resto de entidades que tienen que ver con la actividad turística, se han sentado a diseñar un plan que haga frente a los obstáculos que, como la delincuencia y la falta de seguridad, echen por tierra el momento especial que vivimos con el turismo.
Existen países en este lado del mundo donde el turismo es el corazón del sistema económico. Y cuando se les viene encima la temporada de visitantes, pone en práctica lo que se conoce como �plan delincuencial selectivo�, que consiste en dar seguimiento, y hasta arrestar, a los asaltantes que ya tienen antecedentes delictivos, y que por alguna u otra razón andan libres y actúan frecuentemente en las áreas que frecuentan los turistas.
Pareciera una medida extrema (pues cuando se le detiene, el arrestado no ha cometido todavía ningún delito), pero es una prevención saludable que traería excelentes resultados. No estamos hablando de violar los derechos del señalado, pues se le liberaría algunas horas después, sacándolo del área de interés.
Este plan se aplica en el cono sur, pero no es una acción aislada de la Policía.
Se trata de apenas una pieza de todo un complejo engranaje en el que también intervienen la Cámara de Comercio, las asociaciones bancarias, los concesionarios de rutas de transporte, los gremios hoteleros, los de restaurantes, los consejos superiores de turismo (que aquí no sería otro que el IPAT, ni modo), el Ministerio de Salud, y hasta las legaciones diplomáticas de los países de donde más vienen los turistas que serían afectados por un mal servicio.
Eso se llama planificación de conjunto. No lo que hay aquí, donde cada cual está remando por su cuenta, desconfiando del otro y hasta haciéndole la guerra.
El que sufre es el país y, por supuesto, los turistas que han de venir en grandes marejadas, y encontrarán un país donde la improvisación es la norma, y donde la falta de coordinación le harán vivir un infierno.
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PUNTO CRITICO |
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