Un milloncito por aquí, un milloncito por acá. El Estado vuelve a convertirse en todo un Robin Hood a apoyar a los pobres para evitar que el alza de la energía eléctrica les abra otro hueco en el bolsillo.
Son 18.2 millones los que tendrá que soltar en el primer semestre para evitar que unos 636 mil 201 usuarios les caiga el sablazo del aumento por su consumo de luz.
Estos subsidios, muy criticados por los partidos políticos, parecen convertirse en una especie de cubeta o extintor para apagar la llama del descontento en la sociedad entre tantos aumentos en el costo de la vida.
Un buen líder o jefe de Estado debe buscar la luz de la sabiduría antes de tomar cualquier decisión que, aunque no perjudica a los pobres de forma directa, de forma indirecta sí porque se dejan de construir más escuelas u hospitales.
La visión de país no se percibe. Está entrando dinero a las arcas, pero así como viene se va.
Otro de los subsidios que ya se anunció es el que se dará por seis años a la nueva autopista Panamá Colón. Aquí el gobierno se comprometió en pagar 6 millones en seis años para evitar que el peaje se muy costoso.
Aunque todo tiene su costo, los gobiernos deben comprometerse con entregar obras al pueblo que no les cueste un centavo más, tal como se hizo con la autopista Centenario. El pueblo se merece más avenidas no más corredores donde tengan que dejar todo el salario.
Ojalá las próximas administraciones piensen un poco más las decisiones que hoy no nos hacen daño, pero que a la larga, tal vez nos lamentemos.