Panamá al ser un país fronterizo con Colombia --el mayor productor de cocaína en el mundo--, ha sido un tradicional puente para el trasiego internacional de narcóticos, pero los expertos dicen que mucha droga se queda en el territorio panameño y ello está creando como nunca una ola de violencia y crimen debido a la lucha por el poder de los estupefacientes en la que se ven implicados narcotraficantes colombianos y mexicanos.
''Panamá está importando criminalidad de esos países (Colombia y México) con modalidades mucho más sofisticadas y mucho más cruentas, y nuestro sistema penitenciario no resiste el dinero del narcotráfico", precisó la procuradora Ana Matilde Gómez, quien también participó en el encuentro.