La vida nos da lecciones todos los días. El mundo no parece girar siempre en la misma dirección para todos y cada rotación nos deja una sorpresa, una huella de lo injusto y desequilibrados que podemos mostrarnos en la apreciación de las virtudes y los valores, favoreciendo lo efímero e insustancial.
Hacemos esta reflexión porque se ha divulgado que el futbolista inglés David Beckham dejará al equipo del Real Madrid, para irse a una franquicia deportiva de los Estados Unidos, conocida como LA Galaxy, donde percibirá un salario de un millón de dólares por semana, unos 250 millones por un contrato de cinco años.
Esto nos hace pensar en otros seres humanos que han sido más productivos y talentosos. Por ejemplo, el doctor Adán Ríos, egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá y que en la actualidad es uno de los científicos más respetados del mundo por sus experimentos para desarrollar una vacuna que permita detener el avance del SIDA, además de trabajar en estudios especializados en el tratamiento del cáncer.
También nos viene a la memoria el reputado científico colombiano, Manuel Elkin Patarroyo, cuyo descubrimiento de la vacuna sintética contra la malaria y su donación a la Organización Mundial de la Salud, le convierten en un benefactor de la humanidad, que se negó a vender su descubrimiento a las trasnacionales farmacéuticas.
Entre Beckham, Ríos y Patarroyo las diferencias son abismales. El primero es un imán publicitario, gracias a su juventud y apariencia. En tanto Ríos y Patarroyo son dos luminarias científicas todavía desconocidos que en ocasiones enfrentan números rojos en sus finanzas.
Los dos médicos latinoamericanos sostienen una enconada lucha contra tres de las enfermedades más letales de los últimos tiempos y sus reconocimientos apenas llega hasta círculos reducidos de la comunidad científica.
Nos parece insólito que en un mundo de grandes avances científicos, del descubrimiento del código genético humano, de la medicina molecular, todavía la pobreza sea el porcentaje más elevado de la población, y el hambre y las enfermedades avancen sin obstáculos por el poco apoyo que se ofrece a los sabios médicos como Ríos y Patarroyo.
�Vale más entonces una apuesta figura, las estrategias de mercadeo que el conocimiento y el trabajo en beneficio de las mayorías? �Vale más el entretenimiento que la inteligencia, el trabajo y la solidaridad?
