Mehmet Ali Agca, el terrorista ultraderechista que intentó matar al Papa Juan Pablo II en 1981 y asesinó a un prominente periodista turco en 1979, salió de la cárcel de máxima seguridad de Sincan (Ankara) asegurando que es el "eterno Mesías".
Tras un rutinario examen médico que le declaró "no apto" para el servicio militar, el hombre que el 13 de mayo de 1981 disparó contra el Sumo Pontífice en la plaza de San Pedro pudo recorrer las calles de Ankara como un hombre libre por primera vez en casi 30 años.
Un grupo de personas, incluyendo su hermano Adnan Agca y sus abogados, le esperaron a las puertas del penal turco y le recibieron con música de tambores y dulzainas, una muestra de alegría típica del país eurasiático.
Poco antes de dejar la prisión, uno de sus abogados entregó a la prensa un texto escrito a mano por Ali Agca en el que el antiguo pistolero ofrece a la humanidad "el mensaje de Dios".
En ese "mensaje divino", Agca proclama la unicidad de Dios y niega la Trinidad, además de anunciar el final del mundo y la humanidad para el final del siglo XXI.
También añade que la Biblia está llena de errores que él se encargará de subsanar con la redacción de una "nueva" y "perfecta".
La salida de prisión de Agca fue seguida por más de un centenar de periodistas, que hicieron guardia desde la medianoche esperando la puesta en libertad y siguieron con sus coches el convoy para conseguir las primeras fotos del autoproclamado "Mesías".
Desde que fue atrapado en Roma con la pistola humeante con la que disparó al Papa, Agca se ha pronunciado en numerosas ocasiones sobre su condición de Mesías y la supuesta trama para asesinar a Juan Pablo II.
Sobre lo que nunca ha dicho ni una sola palabra es sobre el oscuro asesinato de Abdi Ipeki, el periodista turco más influyente de la década de 1970 y director del diario izquierdista Milliyet. Se espera que Agca permanezca en Ankara unos días y, posteriormente, comparezcan ante la prensa en el hotel más lujoso de Estambul, el iragan Palace Kempinsky.