Ya la crisis en el suministro de agua potable cumple 48 días. Aparte de las argumentaciones justificables debido a las lluvias extraordinarias de diciembre, se hace necesario una solución inmediata al problema.
La población ha sido paciente, pero las excusas para tratar los niveles de turbiedad ya se acaban. No podemos mantener por más tiempo el suministro de agua potable a través de carros cisternas o que los usuarios se trasladen hasta Amador o a la entrada de Patacón para llenar botellitas de agua; o que en cada hogar se destine parte del presupuesto familiar a la compra de agua en los supermercados o la tienda de la esquina.
Los panameños no entienden tanto de unidades nefelométricas, lo que exigen es que puedan tomar o cocinar con el agua que sale del grifo, sin necesidad de hervir un agua y luego filtrarla, para luego saborear un líquido que sabe a rayo. Lo que la gente reclama es que ya se produzca agua potable que cumplan los parámetros establecidos por la Organización Mundial de la Salud.
Ya la situación ha provocado incremento en los casos de diarrea, lo que complica más la situación en los hogares de la capital.
De igual modo se corre el riesgo en materia de salubridad en restaurantes y otros negocios que manipulan alimentos, debido a la falta de agua potable.
Es una rosario de problemas que se originan por la incapacidad del IDAAN de producir agua para el consumo humano, lo que ya está colmando la paciencia de los panameños.