Hace más de tres décadas la tala, la caza y las quemas eran parte de la vida normal, donde muchos pueblos dependían de esta actividad para su sustento diario.
Hoy no es lo mismo. Por el abuso del hombre sobre estos recursos naturales existen muchas especies de animales y flora en peligro de extinción; pero la legislación panameña trata de minimizar estas acciones al convertirlos en delitos ambientales.
Las denuncias por delitos ambientales en los últimos años ha aumentado en Chiriquí, tanto los relaciones con la flora como la fauna.
La Fiscalía Segunda Superior del Tercer Distrito Judicial, investiga en estos momentos unos 16 casos que han sido presentado por presuntos delitos cometidos en contra del ambiente.
Markel Mora fiscal Segundo Superior, explicó que al momento de entrar en vigencia la ley N�5 del 28 de enero del 2005, se ha presentado un incremento en los delitos contra la vida silvestre y los delitos contra el ambiente.