Manuel Antonio Noriega, el poderoso dictador y exhombre fuerte de Panamá, podría regresar pronto al país. Tras cumplir 20 años de encierro en Estados Unidos, el gobierno norteamericano decidió extraditarlo en abril del año pasado a Francia, donde fue condenado a 7 años de prisión.
Noriega se encuentra ahora en la dura prisión francesa de La Santé. Las vistas de la televisión mostraron en su traslado a Francia a un Noriega acabado y con dificultades para caminar.
El mandatario Ricardo Martinelli reveló que el exgeneral podría estar de vuelta en unos pocos meses. Acá tiene condenas pendientes por 64 años de prisión, pero el autodenominado "Criollo del Terraplén" podría beneficiarse de la legislación que permite a los mayores de 70 años cumplir arresto domiciliario. Cualquiera que sea la opción, sin duda que para Noriega sería mejor cumplir su detención en Panamá.
Estados Unidos prefirió extraditarlo a Francia que enviarlo a Panamá, donde tiene condenas pendientes por más de 64 años por homicidios y enriquecimiento ilícito.
Sin duda que el antiguo colaborador de la CIA sigue siendo una papa caliente por los secretos que debe guardar. Al mismo tiempo, no se puede desconocer que el exjefe de las Fuerzas de Defensa todavía sigue siendo punto de discordia entre panameños.
Los que fueron víctimas de sus abusos temen que estando en Panamá, Noriega en pocos meses estaría fuera de prisión. Ese es el gran problema de nuestras instituciones. Se reforman leyes y se acomodan para favorecer a determinadas personas.
La política panameña debe prepararse para la entrada en escena de un nuevo elemento que puede introducir aspectos escabrosos para muchos en el país, por los secretos que guardó durante sus 13 años como jefe del G-2 y sus seis como General de las Fuerzas de Defensa.