Jueves 28 de enero de 1999

 








 

 


MENSAJE
La causa de los suicidios

Hermano Pablo,
Costa Mesa, California

Todo era electrónico en ese auto deportivo marca Ferrari. Los frenos actuaban a la más mínima presión del pedal. La direción era movida al toque de un dedo, con un sistema hidráulico. El arranque era electrónico. El carburador, de ajuste computarizado. Y así las puertas, las ventanas, la radio, el sistema de aire, todo era una maravilla de la mecánica moderna. Y Norman Warren, joven de 19 años de edad estaba orgulloso de ser el dueño de esa maravilla.

Pero el alma del muchacho estaba en sombras. Su novia lo había dejado por otro. Y Norman, tras de dejar una nota suicida en el asiento, aprovechó uno de los mecanismos electrónicos del vehículo para ejecutar su mórbida decisión. Puso su cuello sobre el vidrio de la ventanilla y apretó el botón que la hace subir. El vidrio, en efecto subió, estrangulando al joven. Fue uno de los más macabros suicidios conocidos.

¿Por qué se suicida la gente? Hay miles de causas y cientos de maneras.

En la misma semana que Norman se suicidó en Italia, un joven se colgó de un árbol en México, un hombre se hizo aplastar por un tractor oruga en Brasil, y otro se taponó la garganta con algodón hasta asfixiarse en Argentina.

Pero, ¿cuál es la causa fundamental de los suicidios?

La causa que sube a flor de tierra, la que fácilmente se descubre, es la carga de la vida que se hace demasiado insoportable, y el suicidio parece ser más tolerante que la carga. Amores contrariados, ruinas económicas, enfermedades incurables, pérdida de un ser amado, fracasos deportivos, descubrimiento de un delito vergozoso. Estas son las causas más visibles.

Pero repito la pregunta: ¿Cuál es la causa fundamental de los suicidios? Hay una causa por debajo de todas estas que es la fundamental. Es la falta de fe en Dios. Cuando se tiene fe en el Padre Celestial y en su Hijo, el Señor Jesucristo, fe sana, fe racional, fe consciente, fe segura, la mano del sufriente nunca se estirará hacia la pistola cargada, o el frasco de veneno, o la navaja que cortará las venas, o cualquier otro instrumento de muerte.

Dios, mi amigo, en la persona de su Hijo Jesucristo da esperanza, fe y seguridad al que en humildad lo busca. En todas las desaveniencias de la vida, busque a Cristo. El desea darle Su gracia bendita. Busque a Jesucristo.

 

 

 

 

CULTURA
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