Un crimen fue descubierto ayer de manera accidental, cuando una perra tinaquera sacó de los predios de un potrero el antebrazo de un sujeto y procedía a trasladarlo en su hocico a otra área para comérselo.
El espeluznante hecho se dio en el corregimiento de Santa Rita de La Chorrera, donde una mujer observó que su perra llegó al patio de la casa con una mano y antebrazo prensado en su hocico.
La situación motivó que se llamara a la Policía, que luego descubrió el resto del cadáver dentro de un herbazal. La víctima es un hombre de tez morena. En el antebrazo que mordía la perra se observó un letra "G" tatuada.