Febrero es el mes del amor y la amistad. Son 28 días para analizar la dimensión de amor y amistad que tenemos a nuestro alrededor, y que nos brindan las personas que nos acompañan. Felicidades a todos los que disfrutamos de un verdadero amor y de amistades sinceras.
Esta semana deseo compartir con ustedes una reflexión en torno al noviazgo sano. Se trata de una de las etapas más lindas de la vida y que hoy por hoy es necesario estar preparados y darle el verdadero significado al término, que desde hace unos años ha sufrido cambios y modificaciones, que en nada ayudan a este sentimiento inigualable.
El noviazgo es la escuela del amor, en la que la pareja, conformada por dos personas de sexo opuesto, se conoce a fondo y aprenden a amarse de verdad, a desprenderse de sí mismos para darse al otro y dar, en un futuro, vida a otros. El noviazgo es la antesala del matrimonio. Se reviste de una meditación profunda y de un gran intercambio de comunicación, hasta alcanzar con madurez la decisión de una pareja para unirse en matrimonio.
Lo que deseamos hoy día es corregir el verdadero significado que le tienen al término noviazgo. Por favor, no me lo cambien. Con mucha frecuencia se ve como normal que los novios tengan relaciones sexuales, pero el noviazgo no implica tener sexo, cuando esto sucede, ya dejan de ser novios y pasan a ser marido y mujer.
Por lo general, las parejas de novios encuentran la presión de amigos y amigas que hasta se burlan cuando expresan que no han tenido relación sexual, pero eso no debe ser motivo para llegar a tener sexo.
Concluimos esta reflexión compartiendo las características de los noviazgos constructivos: crecer ambos espiritualmente, horarios y días para verse, metas individuales y de pareja, confianza, actitudes de ayuda y apoyo y hasta dónde llegar en cuestión de caricias y sexo. En tanto, el noviazgo destructivo no tiene propósitos ni planes.