Jueves 11 de febrero de 1999

 








 

 


EDITORIAL
Fracaso del paternalismo...

La permisión tolerante y acomodaticia de gobernantes demagógicos, para quienes los comportamientos morosos en las obligaciones surgidas del suministro de energía eléctrica constituye mecanismo para ganar clientelismo y apoyos, trae como resultas los elevados montos de las cuentas impagas que hoy oferta la empresa concesionaria, que sustituye al IRHE en esta ciudad capital.

La empresa privatizadora de acuerdo con práctica de gestión sana se empeña en recobrar los más de tres millones de balboas morosos en cartera; y para ello procede a cortar el suministro eléctrico a la populosa barriada de San Joaquín, en los aledaños de Pedregal, donde cuatrocientas familias adeudan medio millón de balboas, que ahora se resisten a pagar, reclamando "borrón y cuenta nueva", como reza la proclama de sus protestas callejeras.

Las resultas inmediatas de estas pobladas callejeras se traducen en represión violenta, detenciones de agitadores y agudizamiento del conflicto que ahora apunta con resurgir en la comunidad de Ceremi, en Tocumen, donde simular equívoco paternalista permitió acumular morosidades elevadas.

Las fórmulas del paternalismo son perniciosas; negativas, para el avance y progreso social, al desarmar de creatividad al desposeído de la fortuna, que recibe beneficios sin compensación ni esfuerzo; tales concepciones proliferaron en pasadas décadas panameñas y foráneas, y hoy se palpan sus resultados negativos en países hermanos, tales Venezuela y Argentina.

El Gobierno Nacional ofertó la privatización de los servicios eléctricos y debió sanear los saldos impagos de sus ejercicios públicos, entregando a la empresa ganadora, limpios los registros de la contabilidad; el no hacerlo enfrenta a la entidad reemplazante con el problema histórico en múltiples localidades, que amenaza con agigantarse en reclamos y exigencias; por tal motivo urge encontrar mecanismos idóneos, para que esas cantidades sean extinguidas; al igual que las familias afectadas deben aceptar que es ofensivo, degradante al vivir colectivo el disfrute de servicios básicos sin pagarlo, como reclama e impone la solidaridad social.

De igual manera, resulta agravio que los agentes del orden público, en arreos de combate, con violencia y sin diálogo, cancelen las protestas públicas adicionando censurable agravante a los reclamos, al comprobar que un centenar de manifestantes, semidesnudos, sin instrumentos de ofensa, son reprimidos mediante los despliegues policiales presenciados ayer que pone de relieve el equívoco sentido de la responsabilidad de mantener el orden público que titulan los mandos actuales de la Fuerza Pública.

Es responsabilidad de los gobernantes de sereno ánimo, de equilibrado pensar, perfilar mecanismos, burilar soluciones en balance que consulten la justicia social, la solidaridad colectiva y la responsabilidad ciudadana; ya que gobernar a toletazos, perdigones y lagrimógenas constituye la negación del prpósito que informa la exigencia estatal.


 

 

 



 

AYER GRAFICO
Estrellas de la Música Típica-popular lanzan la Primera Bola en el Clásico de Azuero


CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, fomento el desorden en el trabajo


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