Dos submarinos nucleares, uno británico y uno francés, chocaron a principios de febrero en medio del océano Atlántico, en un incidente que no causó víctimas ni daños a las naves, ambas equipadas con un importante arsenal nuclear.
Estos dos submarinos son piezas clave en la estrategia de disuasión nuclear del Reino Unido y Francia, y lo más probable es que llevaban armas nucleares a bordo.
La Campaña pro Desarme Nuclear describió el incidente como "una pesadilla nuclear gravísima".
Su directora, Kate Hudson, afirmó que "la colisión de dos submarinos, ambos con reactores nucleares y bombas atómicas abordo, podría haber liberado una gran cantidad de radiación y esparcido ojivas nucleares en el suelo marino".